Tercera semana

Hace mucho que no escribo, y ya llevo más de tres semanas aquí. Hoy me iba a NY pero debido a una tormenta de nieve han cancelado mi vuelo y al final me voy mañana (si el tiempo lo permite).

Tengo que ir a NY a hacer una entrevista de Boston Consulting Group, y ayer tuve que pasar por una de las cosas más difíciles que he hecho nunca: Comprarme un traje. Lo reconozco, necesito la inestimable ayuda y consejo de mi madre... Y es que igual comprarse un traje de $3,000 es fácil (todos sientan bien) pero cuando tienes un presupuesto reducido no es tan fácil, porque hay cada traje que tiene delito. El caso es que me fui con Urrecha (al que algunos igual conoceis) y después de patearnos todo Michigan Avenue, meternos en una tienda por equivocación en la que fuimos tratados como Reyes y en la que me pusieron un traje de unos $2,000 (que me quedaba como un guante) conseguimos comprarme un traje relativamente aceptable que creo que mi madre aprobará a mi vuelta a Madrid...

El otro día vimos la SuperBowl, y es que cómo le gusta a los americanos hacer todo a lo grande! Perdió el equipo que yo quería que ganase, pero bueno, no es el Real Madrid, así que en realidad tampoco me importó...

¿Qué más puedo contar? El otro día fue el cumple de Urrecha y Nacho Hafner (otro amigo de por aquí) nos hizo una cena espectacular...

Y ayer viví un terremoto (bastante débil pero terremoto al fin y al cabo). Note como se agitaba mi cama y no sabía si me estaba volviendo loco lo busqué en Google y no había nada. Luego lo busqué en twitter y... por suerte comprobé que había más de 100 personas que también lo habían notado. En 10 minutos ya habían 10,000 twitts sobre el terremoto ¡A las cuatro de la mañana! Y la verdad es que me di cuenta de lo poderoso que es twitter..

Por cierto, insisto, no escribo mucho por aquí, pero en twitter escribo algo por lo menos una vez al día, por si hay algún loco que le interese. Aquí mi cuenta: martins73

PD. Haciendo la colada pude comprobar en mi propia piel el misterio de los calcetines: Concienciudamente los meti en parejas, perfectamente contados y os prometo que al salir uno había desaparecido...